Comprendiendo el mundo de los bioplásticos 🤓 (segunda y última parte)

En el último mail te contamos sobre los bioplásticos: que son y sus características principales. También, explicamos porque su nombre genera confusión entre nosotros y dejamos claro que los bioplásticos no existen para dejar de  contaminar el planeta, sino que son una alternativa para dejar de usar petróleo, como materia prima, al fabricarlos.
Sabemos que la Nueva Ley de Residuos Sólidos de la CDMX está causando mucha confusión entre nosotros, porque se prohíben los plásticos de un solo uso, pero se permiten los compostables
Y a todo esto, ¿los biodegradables qué? ¿son compostables también? ¿por qué la ley no los menciona? Uf. Sí, entendemos la confusión y las dudas. Trataremos de aclararlas, y por eso el siguiente paso es hablar de la biodegradación. 
Antes, tenemos que entender que la degradación es un proceso natural y gradual que le ocurre a todo. Es la pérdida de propiedades de la materia. Todo en esta vida se degrada si existen las condiciones para que ocurra, es decir: luz solar, temperatura, agua, enzimas, entre otros. ¿Has visto los libros antiguos de las bibliotecas? Algunos tienen siglos en este mundo, pero siguen enteros porque dentro de la biblioteca, estos factores ambientales no son suficientes para degradarlos. En cambio, si los dejásemos abandonados en un bosque o playa, seguro se degradarían.
Bien, pues la biodegradación es similar y ocurre con todos estos factores ambientales, pero sobre todo, con uno importantísimo: ¡microorganismos! Los plásticos biodegradables siempre van a necesitar de microorganismos presentes para poder degradarse. 
Y ¿qué crees? Los plásticos compostables, esos de los que habla la ley, son un tipo de plástico biodegradable, es decir: también necesitan de microorganismos para degradarse y para ello necesitan un proceso de compostaje.
Si un plástico biodegradable no tiene las condiciones adecuadas para degradarse, puede permanecer intacto por años en un bosque o en el mar, tantos como los de un plástico hecho con petróleo. Por eso, que un plástico sea biodegradable no garantiza que se degradará en la naturaleza.
Tal vez un día encuentres en la tierra un plástico biodegradable que se vea un poco roto y que cuando lo levantes se rompa en cachitos y hasta pienses “¡wow! sí se está degradando”. Pues sí y no. Lo que realmente está ocurriendo ahí es un proceso a medias: se están reintegrando a la tierra algunas propiedades, pero otras quedarán sueltas en forma de microplásticos. 
Lo ideal es que todos los biodegradables y compostables se recolecten junto con los desechos orgánicos y se lleven a una composta industrial, con certificaciones válidas, para que se lleve a cabo, de forma correcta, su degradación.
Los composteros industriales tienen la capacidad de controlar todos los factores necesarios para la biodegradación y evitar que estos plásticos se conviertan en microplásticos en la naturaleza y lleguen después a nuestra agua y comida.
Podemos concluir de lo anterior que los plásticos biodegradables y compostables sólo se degradarán si se tienen los factores necesarios para ello, y sobre todo, se necesita de microorganismos
Si no se gestiona correctamente la recolección de este tipo de desechos y no se compostan de forma controlada, corremos el riesgo de seguir viviendo rodeados de plásticos que, a pesar de ser biodegradables y compostables, seguirán contaminando todo por mucho tiempo.
¡La siguiente semana te contaremos en Instagram más sobre las compostas! ¡Verás que son mágicas!
 

 


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